El amor, la bandera de nuestros corazones.

Y sin saber la razón por la cual sentíamos ese irrefrenable deseo el uno del otro, nos adentramos en el mundo del placer.Yo ya había explorado ese lugar más veces con otras compañías e incluso sin ellas,pero la necesidad que padecí de formar parte de su ser no la había experimentado jamás, y sí, puedo asegurar que fue el hombre que más  deleite ha causado en mí,ya que bien es sabido y aseguro que no es la misma y ni si quiera parecida, esa emoción sensitiva que somos capaces de apreciar al tener a tu lado a esa persona por la que realmente sientes, y por la cual eres capaz de mover el mundo con un único dedo mientras intentas cazar las mariposas que revolotean por tu estómago,sólo por que su piel roce la tuya en un cálido abrazo hasta lograr fundiros e irradiar esa magia que todos buscamos alguna vez en nuestras vidas

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