Éxtasis emocional.

Dale gas y acelera el pulso, no pares, pisa más, hasta que notes los latidos de tu corazón a 240 kilómetros por hora.
Redescubre la adrenalina que se esconde en tus entrañas y no te atrevas a frenarla. Desata la locura, que predominen tus sentimientos frente a la clásica y aburrida razón que te da los buenos días cada mañana desde que tienes memoria. Aunque sean sólo unas horas, conviértelas en un salvaje año sabático enfundado en dosis de éxtasis emocional. Juega contigo, deshazte de la odiosa rutina que te lleva al sitio de siempre por el mismo camino.
En cuestión de segundos sentirás lo que un ave al desplegar las alas por primera vez, al comprobar su habilidad de alzar el vuelo y no conformarse con permanecer al ras de esta superficie tan superficial. 

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